No nos levantamos muy temprano. A eso de las 10, creo. O a las 11. Eso de la hora nunca lo tengo muy definido porque no uso reloj. Me niego. Claro, no tengo un trabajo con horario fijo. Es fácil para mí no adaptarme a lo que no quiero. Lo sé. Creo que para muchos sería fácil, también.
Fuimos a Tristán Narvaja. El sol entibiaba, por lo menos donde no se sentía el viento.
Vimos una peli.
Fuimos a saludar a Cristina y a Manolo, que llegaron de madrugada desde Caracas.

