Cada día me falta menos para terminar el cuadro. Si voy a pintar, claro.
Quería ir al cine pero no pude. Sin darme cuenta me quedé pintando hasta las 6:30. Todavía no me adapto al cambio de horario. Ahora no voy a poder ir más al yoga a las 6 de la tarde que son las 5... Voy a tener que ir a las 7 que son las 6... Y levantarme a las 8 que son las 7... Y acostarme a las 12 que son las 11... Y almorzar a las 15 que son las 14...